El encanto del paisaje de Filandia
Imagínate el paisaje como una gran escena que nos rodea, una mezcla única de todo lo que la naturaleza y la gente han ido construyendo juntos. Es mucho más que solo lo que vemos a simple vista; es todo lo que podemos experimentar cuando estamos en un lugar especial. Es ese juego de colores en las colinas, el sonido suave del río corriendo, el aroma fresco de la tierra y las historias que las montañas guardan en silencio.
El paisaje no solo es visual; es como una conexión que se siente, un abrazo de lo que nos rodea. En Filandia, por ejemplo, el paisaje nos regala vistas espectaculares de cafetales y montañas, pero también nos da momentos para respirar hondo, sentir la paz y disfrutar de la riqueza de este rincón del mundo. Así que cuando hablamos de paisajes, estamos hablando de una invitación a vivir y sentir todo lo que un lugar tiene para ofrecer.
La Calle del Tiempo Detenido
Ubicación: Cl. 7 #7-27, Filandia.
La Calle del Tiempo Detenido es uno de esos lugares en Filandia que tienes que conocer sí o sí. Lo que más llama la atención son las fachadas y los balcones de sus casas de dos pisos, llenos de colores vivos que encajan perfectamente entre sí. Estas construcciones reflejan la arquitectura típica de la colonización antioqueña, hechas con bahareque y materiales locales. Este estilo le da un toque único al municipio, que con orgullo lleva el título de uno de los Pueblos de Encanto del Paisaje Cultural Cafetero Colombiano.
Mirador Colina Iluminada
Desde la torre del mirador se puede disfrutar de una vista panorámica de 360° del impresionante paisaje de Filandia. En los días despejados, la vista se extiende más allá de los límites del municipio, permitiendo divisar casi todos los pueblos del Quindío, la ciudad de Pereira en Risaralda y algunos municipios del norte del Valle del Cauca. Este mirador se ha convertido en un ícono turístico fundamental para el departamento del Quindío y, cada vez más, para Colombia entera.
Iglesia Maria Inmaculada
Ubicación: Parque principal sobre la calle séptima.
Cuando se habla del paisaje natural y las obras arquitectónicas que se han creado por mano de obra, no podemos dejar de lado la Iglesia Maria Inmaculada el cual es de esas historias que se nos quedan grabas en la memoria.
La construcción de la Iglesia María Inmaculada comenzó en 1895 bajo la dirección del presbítero Jesús María Restrepo y se completó en 1905 con la ayuda de Francisco de Paula Montoya, cuando fue consagrada como parroquia. Más allá de las fechas, lo impresionante es la historia de su construcción: enormes columnas de madera fueron levantadas por "cientos de brazos fuertes", y cada cúpula refleja el esfuerzo colectivo. Su cielo raso, tallado en madera por artesanos como don Arcadio Arias, discípulo del antioqueño Álvaro Carvajal, es una verdadera obra de arte que aún hoy sorprende a los visitantes.
Tambien cabe recalcar que por este tipo de arquitectura unica, la iglesia hace parte del Paisaje Cultural Cafetero, ya que se encuentra entre los 5 templos que utilizan la arquitectura basada en bahareque y tapia pisada. Finalmente, en 1999 debido a un terremoto se pasa por un proceso de restauración por arquitectos los cuales respetaron el diseño original de la iglesia.
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